lunes, 22 de agosto de 2011

La llamada

La respiración se me acelera, el corazón me late más rápido, me pongo nervioso, desconecto la computadora para evitar interrupciones, apago la tele, cierro los libros y tomo el teléfono que suena bajo un timbre personalizado. Es su número,  en la pantalla figura el mismo nombre que hace más de 2 años no cambio. Respiro hondo antes de contestar y me deseo suerte a mi mismo.

Tiemblo de ansiedad, hace mucho no sé nada de ella, espero impaciente su respuesta, su voz, cuando de repente...

- ¿Hola? - digo
- Aló, estoy devolviendo una llamada que recibí en la tarde - responde una voz de puberto desubicado, la cual se me hace familiar.
- Sí, llamé en la tarde, pero esperaba que conteste otra persona - respondo desconcertado. Se me hielan los pies y las manos, siento un bajón anímico.
-Ah ok - responde la voz que llego a reconocer, un tal Rodrigo.

Se despide y cuelgo con bronca.

No sé si esto es un paso adelante o uno, muy grande, hacia atrás, lo único que espero es que este silencio tan largo termine de una vez.

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