sábado, 6 de agosto de 2011

Gimnasio

La intención del blog nunca fue convertirse en el portal "emo" o "cortavenas" en el que se ha convertido. Si bien hay momentos difíciles, esos diablos internos me los guardaré para mi. Al menos por el momento, jeje.

Acá mi historia de los últimos meses dejando de lado las penas.

He empezado el gimnasio hace 1 semana aproximadamente. Tras no tener nada que hacer dentro de las vacaciones, salvo las "ganas" de estudiar para no vérmelas negras en los cursos que llevaré este semestre decidí ir con Hernando, mi mejor amigo y vecino, en busca de algo productivo que hacer.

Mi visión de niño hacia mi edad actual era haber hecho el ejercicio necesario para formar un abdomen y brazos marcados. Los brazos los tengo fofos y el abdomen, aunque flaco, más aún.

Decidimos ir en busca de un gimnasio.

Hernando me sugirió algunos lugares, pero yo buscaba algo más cercano y con algunas otros beneficios aparte de máquinas. Lo que buscaba era un ambiente deportivo no tan intenso, con una vista agradable y relajante. Es por eso que nuestra primera opción fue el Silver's Gym, el gimnasio con mayor renombre en la ciudad el cual tiene sauna, jacuzzi, entre otros privilegios. La idea era buena, pero a Hernando le pareció muy caro y para mi desilusión en dicho local, a unas cuadras de mi casa, solo tenía máquinas de ejercicios.

Seguimos buscando y fuimos a unos otros cuantos gimnasios, algunos eran muy antiguos, otros muy pequeños o eran clubes en el cual podía cruzarme con amigos o familiares de personas que mucho aprecio no me tienen.

Terminamos yendo a uno que sabía que había estado cerrado por buen tiempo y por motivos legales tenía nuevo nombre.
Al entrar nos recibió Alex, el encargado de turno. Nos dio un muy buen "cherry" del gimnasio y posteriormente nos hizo recorrer sus instalaciones. Entramos a un ascensor viejísimo y mientras subíamos a menos de 1m/s nos decía lo maravilloso que era el gimnasio, entre lo cual me llamó la atención cuando dijo - Aquí, el estrés y la autoestima...lo van a perder- a lo que yo ironicé en mi mente dándome cuenta de su confusión de palabras - Yo no quiero perder mi autoestima-.

Terminado el recorrido tenía claro que el precio sería incluso más caro que el primer gimnasio al que fuimos y sería algo difícil que Hernando, un poquito duro para soltar dinero, esté de acuerdo. Para mi sorpresa, cuando volteé a ver la cara de molestia de Hernando, este tenía un rostro de enamoramiento hacia Alex, quedé mudo de risa. Al parecer aquella buena labia y ojos verdes habían comprado a Hernando. Parecía que aunque le dijera que le costaría 1000 dólares la suscripción aceptaría sin titubear.

El precio por suscripción de 3 meses era un poco más barato que el Sylver's Gym, hice algunas preguntas acerca de algunos otros beneficios, entre los cuales había un descuento especial en una tienda de marca, lo cual convenció más a Hernando, y aparte la suscripción nos daba pase libre a todas las sedes del gimnasio, dándonos opción a deportes, piscina, jacuzzi y sauna. El paquete de beneficios me agradó y como podrán suponer Hernando, maravillado del gimnasio, no dudó en pagar la suscripción.

Hoy, tras 4 días de ejercicio constante, el cansancio y el cuerpo fatigado me hicieron quedar en casa.

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