domingo, 10 de septiembre de 2017

Ex

Lo bueno de llevarte bien con tu ex es que puedes salir a tomar unos tragos o algo de comer de vez en cuando. Es de las formas más sanas y buenas que tiene la vida de retribuirte algunas cosas que hiciste bien. Yo, a mi ex la adoro, no necesariamente porque siga enamorado de ella, sino porque me parece una persona inteligente, íntegra, que sabe escuchar, sabe conversar, no te cuenta cualquier pelotudez, y si lo hace la dice con una gracia única de la que es imposible pensar: "¡¿Qué me estás contando, mujer?!".

No es que quiera hablar mal de otras ex, pero vaya forras me tocaron en el pasado, clavándome puñales, totalmente inesperados, por la espalda (aunque si algo se puede decir en su defensa es que sufrieron un lavado cerebral importante). Es ahí donde uno mide el nivel de madurez y/o equivocado que estuvo al momento de elegir parejas en el pasado.  Es por eso que de mi ex más reciente (sí, si me estás leyendo, A.C. eres mi última novia formal) me siento orgulloso.

Yo, por otro lado, a veces, me paso de pelotudo cuando quedamos en salir esporádicamente. No voy a negar que siento atracción por ella, porque de guapa abusa un poco; y, es que la única forma en la que me animo, luego de pasar un rato de puta madre, en decirle cosas que sé que ambos, por motivos de estudios o trabajo, nos impide intentar sostener un vínculo a manera de relación (y en esto me la juego porque no sé si ella lo verá de ese modo) por un tema de tiempos, es que además de pasarla bien charlando y desestresarnos un poco de esa manera, es que podríamos (yendo a un poco más allá de lo anteriormente mencionado), pasar a un contacto físico, ya sean besos o cosas varias, que entre amigos que se quieren no veo ningún tipo de oposición salvo un tema tabú, es que soy incapaz de proponerle estas cosas  salvo que me haya tomado un par, o más, copas de golpe y sentir que todo me va en slow motion (lo cual me desinhibe) para jugármela y decirle todo lo que acabo de mencionar.

Si alguien cree que estoy ebrio escribiendo esto, no sabría qué responder porque han pasado ya, casi 7 horas desde que tomé la última copa (lo más probable es que sí) y como 5 desde que me tomé esa bendita pastilla que me hace dormir, que dicho sea de paso, esta noche no ha servido de mucho, por la resaca, que por segunda vez en mi vida, ataca  (la primera vez fue el 2013 en un viaje con varios amigos), pero nunca me había vuelto a pasar, hasta hoy.

¿Tal vez me iría mejor si no recurriera al alcohol para desinhibirme? ¿Daría lo mismo? Es una duda, que no sé si algún día me sacaré. Pero lo que sí tengo claro es que la próxima vez que salgamos le diré para poner las reglas de juego sobre la mesa antes de todo ¿o no? Eso sería planificar, y planificar ya no está dentro de mi modo de enfrentar la vida. Creo que tendré que esperar a quedar con ella a la próxima para saber qué podría, o no, suceder entre ambos estando yo, el 100% de la noche sobrio. Y, si de algo estoy seguro es que una salida con unos cuantos tragos sociales, sin excederse (excederme), valdrían por completo la salida. Incluso sin tragos de por medio.

Es así que, en este estado de no saber si sigo pasado de copas, peo sí con resaca, termino de escribir esto, esperando dos cosas: 1) Poder conciliar el sueño en no más de 1 hora y 2) no arrepentirme, cuando despierte, de haber escrito esto (que lo dudo por mi cita hacia William Faulkner, hace poco más de un mes).

jueves, 7 de septiembre de 2017

Un blogger desbloggerizado - opinión

Te das cuenta de lo bien rodeado que estás ahora (no como antes). De la clase de personas que forman parte de tu vida y que no les gustaría enterarse que tuviste un bajón anímico importante por circunstancias familiares que, al fin y al cabo, le suelen pasar a todo el mundo, más aún en aquellas familias que están un poquito bastante distanciadas.
¿A quién no le da un bajón de vez en cuando? Más aún cuando te das cuenta que esta cosa loca, que es la vida, se encarga de complicártela, cada día, un poquito más.
El reloj no está en cuenta regresiva para nadie, como me dijo hace poco una persona, a la que considero bastante inmadura, dicho sea de paso, hace un par de semanas.

Lo bueno de complementar tu vida con la de otras personas, que sientes que te aportan, es que puedes vivir tranquilo, ya que de alguna u otra forma contar con ello te hace sentir seguro de ti mismo.

Siempre he tenido una virtud: Sé auto-motivarme y pasar a estar en la mejor forma de optimismo posible luego de uno o varios momentos de mal ánimo. Esto sumado al corte de raíz que realicé, hace unos años, de personas que no aportaban nada a mi vida, es la combinación ideal para sentir que el éxito que busco (al menos el concepto que tenemos de éxito como sociedad) no está lejos de ser alcanzado. Solo hay que ponerle ganas, mucho esfuerzo, y dedicación. Eso sí, si armamos una pirámide con todo lo anteriormente dicho sin duda debemos poner un base: Disciplina. Sin ella estamos jodidos.

Así que empecé con esta hoja en blanco para ver qué boceto absurdo o poético podía salir, ya que dicen que la mejor versión de uno mismo, al momento de escribir, aflora cuando estás triste o enfadado, y he terminado con esta lección que yo mismo me doy. "El mañana no es una opción, nunca es bueno planificar, más sí vivir cada momento al 110% para alcanzar tus ideales, aquellas metas por las cuales sabes que hay que atravesar un camino que no sabes qué te deparará. Por eso, el vivir cada momento al máximo es lo que te hará llegar a ellos", me dijo, este último invierno, un vasco muy sabio. Planificando, créanme, te vas a quedar sin ideas en algún momento determinado. Además, si en planificar estuviera el éxito de la vida no habría persona con dos dedos de frente que no planificara.

Cada uno mira la vida, su vida, desde un ángulo diferente, el objetivo está en lograr darle el ángulo correcto y siempre tener en cuenta que hay que extirpar de raíz lo que consideras que no te deja avanzar. En mi caso personal, aborté a un grupo social que me llenaba de mierda la cabeza, y no, no estoy hablando de alguna secta. Era un grupo de "amigos" monotemáticos que lo único que sabían era hablar de los defectos de los demás y jugar play station (que yo también juego, una a las quinientas, pero no es mi estilo ni modo de vida).

Y siempre es bueno tener presente que la hierba mala nunca muere, por lo que de vez en cuando, si esa hierba se cruza por tu camino hay que saber tratarla para no dejarla crecer y ver cómo extirparla, aunque sea de a pocos. Se puede.

Estas últimas vacaciones me han servido mucho para aprender de gente que vale su peso en oro. Todos tienen sus defectos y virtudes, nadie es perfecto (gran cliché...odio los clichés). Cuando estás rodeado de personas que aportan a tu vida, notas todo aquello sin que te genere molestia alguna, e incluso, de acuerdo a la confianza que tengas con dicha persona puedes darle un consejo y viceversa.

Pa' lante, que nada te detenga a hacer tu vida. Motívate, ponle el pecho a la vida.