domingo, 17 de marzo de 2019

¿Cómo saber si respiro?

Se te borran las ideas, no recuerdas cuál es el motivo de vivir ¿era reír o llorar, ser feliz o infeliz? ¿Quién decide la circunstancia? No te provoca bañarte, no puedes dormir por eso, te sientes sucio, incapaz de pegar los ojos por el sudor y olor que emanas. Las pasiones ya no te apasionan, el sexo no te atrae, no tienes nada de hambre pero, igual, comes. ¿Será el miedo, la presión? Tal vez la finalidad de tu vida es simplemente estar tirado en una cama esperando a que todo pase, sin hacer algo, viendo algo en la tele, compu o celular. Unos nacieron para vivir intensamente, otros no, basta con comer y descansar.
Los momentos de inspiración no llegan como llegaban antes. Si no estás arriba, estás sin ánimo. Algo anda mal, solo eso sabes. Tampoco entran las ganas de matarse, da flojera solo pensar el trámite que conllevaría. Solo te sientes bien cuando miras tus brazos y tobillos, azules, casi negros, muy moreteados, porque sabes que es la única vía por donde entra la felicidad, lo que te hace sentir dios, todopoderoso, con ganas de comerte el mundo, decides cosas, planificas, pero no lo puedes sostener porque el compromiso lo pierdes rápido y parece que te deprimes, porque sabes que esa gasolina cada vez se te acaba más rápido, y porque sabes que, cada vez, la necesitas más.

martes, 5 de marzo de 2019

Impulso

-Impulso, impulso, impulso ¡una paja! No, no tengo ganas. Impulso, impulso, impulso ¡la llamo! No, tengo novia (o la tuve, no sé si importa, ahora); además, me advirtió que no le hable por eso, porque ambos tenemos pareja, porque yo también le gustaba y no quería caer en la tentación...más líbranos del mal...¡¿qué mierda dices, Dusham?! ¡Enfócate! Impulso, impulso, impulso ¡la llamo! ¡Que no! Impulso, impulso, deja de pensar en el impulso sino no será un impulso. Mantén tu mente en blanco, así, sí, sigue, no pienses, respira; creo que lo estoy logrando...¡Un momento! Si pienso que no estoy pensando, entonces estoy pensando que no estoy pensando, por lo tanto eso hace que piense en no pensar. ¡Aaaaaaaaaaa!-.

----------------------------------------------
Cuando te veo (es más fácil ahora que eres famosa), veo la claridad. Las ideas se me disparan, es como si todo marchara sobre cuatro ruedas con la frescura que emanas. Tu brillo me contagia. Tienes mucho brillo, muchas agallas. Tu voz me transmite mucha paz y seguridad (incluso me hace pensar que esto no está tan mal, porque me transmite paz). No dejes de ser tú misma estés donde estés, que no te importe lo que diga el resto, nunca, así has podido llegar a donde estás. Sigue en la tuya, en tu línea. Sé que sueno a clichés, pero ellos nacieron por quienes se los merecen, y tú eres una de esas personas por las que se crearon.
Yo, aquí, exiliado, no tengo nada más que hacer. Estoy condenado a muerte y me concedieron un último deseo. Algún impulso que me saliera del alma. Créeme que pensé muchos, es más, me miraron extrañados y me quisieron hacer pedir lo que muchos piden, comida, sexo, etc. Pero solo pienso en ti y en mi familia. Por favor, si esta carta llega a tus manos diles que, también, pensé en ellos. En todo este tiempo aprendí a decirles lo que sentía, en cada una de sus visitas, o por teléfono. No considero necesario escribirles. A ti, sí. Me traicionaste, lo sé. Te comieron la cabeza, lo sé. Pero date cuenta que si estoy haciendo esto a 24 horas de mi muerte es porque, al menos quiero morir con la esperanza de saber que pudiste haberme creído, ya sea a último minuto o en la posteridad.

miércoles, 14 de noviembre de 2018

¿Perdí el negocio de mi vida?

Hace unos días me quisieron introducir algo por el trasero. De golpe y sopetón.

De un momento a otro una persona, de la que sabía de su existencia, pues, en su momento habíamos llevado algún curso juntos me empezó a hablar cada vez que se presentaba una oportunidad. Me preguntaba cómo estaba, qué era de mi, qué estaba haciendo por la vida. Coincidentemente vamos a la misma cafetería.
Al inicio todo parecía muy normal, pensé que simplemente le caía bien, intercambiamos números de teléfono, y yo, para no caer apático, ante mi desánimo de desviar la conversación, cedí; incluso trataba de hacerle conversación, los silencios incómodos abundaban, pero, tanto él como yo, sabíamos cortar dicha tensión con alguna pregunta ocurrente o alguna bobada. Curiosamente esto se volvió recurrente. No pasó más de una semana para que, una noche, antes de dormir, mi celular se iluminara (casi nunca  lo tengo en modo sonido o vibrador), era él, contesté y me habló, como de costumbre, en la misma buena onda de siempre; hasta que llegó el momento cumbre.

- Oye, hermano, estoy emprendiendo un negocio y quería saber si te animarías a que nos reunamos estos días, tal vez terminamos siendo socios.

Yo, encantado de su interés y de mi interés por tener algún ingreso extra le dije que sí. Pactamos día, fecha y hora de la reunión, fuera de aquella ruidosa cafetería donde se dio el primer encuentro.

- Mientras no sea uno de esos negocios piramidales...
- Ehmmm...no es piramidal.

Fue ahí cuando me di cuenta que había pactado una reunión acerca de un negocio piramidal, que al haber antepuesto dicha frase me lo iban a disfrazar como una red de negocios.

Aún, con una mínima, aunque falsa, esperanza de que me planteara un negocio propio, acorde con nuestros estudios, en el que necesitaba gente capacitada, fue que nos reunimos. Pero, clara y rápidamente mis pocas esperanzas se diluyeron. No hay mucho que acotar respecto a dicha reunión, me presentó un negocio multired como el descubrimiento de la rueda, del petróleo, del guano y salitre o el oro (estoy seguro que me lo iba a presentar de manera piramidal de no ser por mi comentario en el teléfono).

Por supuesto, para no ser descordial, lo escuché, de vez en cuando le tiraba uno que otro comentario para que se diera cuenta que no estaba interesado. Lo veía tan emocionado con su propuesta que me pareció imprudente decirle que no estaba interesado dentro de los primeros 5 minutos. Al finalizar la reunión le planteé varias de preguntas (por las cuales pienso que este tipo de negocios no funcionan, o, si lo hacen, suelen ser muy volátiles al corto plazo, y terminas perdiendo lo invertido). Las respuestas a cada una de dichas preguntas fueron de que él no manejaba esa información y que uno de sus socios, que tenía más tiempo que él en el negocio me iba a saber responder y que podía pactar una reunión con él en un par de días. Eso sí, con una picardía bastante sutil, me enganchó a dicha reunión dándome un libro y diciéndome que lea el primer capítulo para que me termine de convencer, de hecho me dijo que ese libro fue el que le hizo cambiar de mentalidad y, por ende, emprender en el negocio. No me quedó de otra, ya que hacía todo a una velocidad sorprendente: agendarme reunión con su socio para un día, darme el libro para asegurar un próximo encuentro, decirme que me veía potencial, etc. Decidí acceder a esa última reunión. Obviamente no iba a dejar que pase más tiempo, no quería seguir haciéndoselo perder, ni a él, a alguno de sus socios ni a mi mismo, en algo que no me interesaba.
¿El libro? Bueno, era un libro de adoctrinamiento de pensamiento, básicamente decía que si no te adaptabas a ese estilo de negocio eras un títere de alguien, perdedor o muñeco de la sociedad.

El día domingo, nos reunimos por última vez y antes de poder decirle algo me comentó que su amigo había tenido una reunión importante con la marca y no iba a poder estar, pero que podíamos hacer una videollamada con alguno de sus otros socios. Le dije que estaba bien pero que yo le tenía que decir unas cosas bastante claras respecto a lo que me estaba proponiendo. No pareció importarle y llamó a una supuesta persona equis que ¡oh sorpresa! Contestó rápido, con todo el kit de productos al lado, auriculares y con muchas revistas en donde aparecía, en fotos, con el sueño de la compañía (qué oportuno). Me pareció tan falso que mientras me mostraba fotos y equis cosas le pregunté si sabía que iba a recibir esa llamada y, obviamente, me respondió que no y que estaba con todos eso a la mano porque estaba en provincia por un negocio que le había salido. Me contó maravillas de congresos a los que había ido, fotos (que no podían ser más publicitarias, entre otras cosas que ya esperaba, pero no esperaba verlas puestas en acción con tanta agresividad). Al final de la llamada le dejé en claro a mi ex compañero de universidad que no estaba interesado. Tenía que ponerle fin a toda esa tortura que no iba a llegar a ningún puerto. Por supuesto, desde aquel día no me ha vuelto a saludar, cuando nos hemos cruzado en la cafetería de siempre. Parece que a estas personas las adoctrinan tan bien que hasta una negativa hace que vean a las personas inferiores a ellos y, por ende, ya no merezca la pena entablar conversación alguna.

Es así como perdí ¿el negocio de mi vida?

#HistoriaReal

domingo, 29 de abril de 2018

¿Aluciné?

¿Y si no somos lo que estamos "destinados" a ser? ¿Si nunca ejercemos lo que hemos planificado? Porque se quiera o no, se planifica. Uno estudia una carrera como parte del plan a ser...abogado, arquitecto, etc.
¿Si el destino está aquí: En una hoja de papel, sobre las tablas, detrás o delante de una cámara? ¿Si el futuro solo está en nuestra capacidad de crear? ¿Por qué seguir los pasos que "dicta" una sociedad paupérrima, si así ha llegado a ser lo que es hoy en día?

"En los estudios siempre el primero, todos morían por mis cuadernos, yo los prestaba a quien elegía. Ese debía darme pleitesía. Grande era mi contento, al ver sus lenguas lamiéndome el trasero. Enorme era mi alegría, eso me daba mucho placer. Y aluciné, aluciné, aluciné que tenía poder, y más poder y más poder, aluciné que tenía poder. Y aluciné, aluciné, aluciné que tenía poder, y más poder, y más poder, aluciné que tenía..." - La sarita

Odio escribir a estas horas, más de las 3 de la mañana, me recuerda a cuando tenía insomnio (hace 3 semanas). Igual sigo tomando las pastillas para conciliar un mejor sueño, le dan al sueño un valor agregado, un fin recreativo. Y mientras haya receta en mano, uno puede hacer lo que quiera como con su...(hagan la rima). Escribo para muchos, escribo para pocos, no me importa en estos momentos. No quiero oxidarme. He visto cómo lo han hecho muchos que, con talento, se han ido por el ducto de la basura, mientras que otros, que tal vez, no tenían el mismo talento, pero le pusieron empeño les fue bien. Espero pertenecer al grupo selecto de los primeros pero que le pone empeño o, simplemente, no dejarme al oxido. Claro que eso es algo utópico, ya que uno no siempre está ni termina donde le gustaría o piensa, merecer, estar. ¿Ser o no ser, estar o no estar, atreverse o no atreverse? Ya lo dijeron antes, no estoy descubriendo la rueda del siglo XXI, solo estoy tratando de esclarecer un nuevo panorama.

¿Y aluciné que tenía poder? Por suerte no, la cita va para quienes les calce. ¿Pensaron que lo puse por mi? ¿Por una vieja nostalgia que me vino a la mente antes de empezar a escribir esto? ¿Como una revelación que me impulsó a poner unas letras sobre la hoja en blanco?

No, prejuiciosos del carajo.

lunes, 19 de febrero de 2018

¿A dónde te nos fuiste Daniel?

¿Ahora quién va a narrar los partidos de la Selección Peruana de Fútbol? ¿Quién solo va a decir "gol de..." en volumen descendente, con desgano y quedarse callado lamentándose si alguien nos mete un gol en lugar de gritarlo hipócritamente como lo hacen muchos narradores deportivos alrededor del mundo creyendo que eso es profesionalismo? ¿Quién va a dar esa visión y opinión fresca en los debates deportivos, especialmente en los futbolísticos? Recuerdo que te conocí cuando conducías 'El Alargue' con 'Coki' Gonzáles y luego, por motivos que los televidentes desconocemos, cada cierto tiempo cambiaba el co-conductor. Así, creo yo, por tu constancia y buenas opiniones fue que te abriste paso en el ámbito deportivo. Posteriormente los altos mandos vieron en ti un potencial talento y te propusieron nuevos retos que supiste afrontar con creces. No dejaba de seguirte porque sabía que tu opinión, como mencioné líneas arriba, era distinta la del resto, sin prejuicios. Con esa frescura que te daba la pasión que te merecía, en particular, el fútbol, por tu juventud. Juventud que no se quedó ahí, sino que se trasladó hasta el día de hoy, porque nunca renunciaste a tus pensamientos, a tu estilo y confiaste en ti mismo para encarar cada nuevo proyecto. Le fuiste fiel a la casa televisora que te dio la oportunidad de ser quien llegaste a ser: El narrador oficial de los partidos de la Selección Peruana de Fútbol. Debo admitir que me fastidió bastante enterarme que de un año para otro se te había asignado solo ese rol debido a que ibas a dedicarle más tiempo a proyectos personales y algunos otros que el canal te estaba ofreciendo. Dejaste de lado el torneo local (lo cual hizo que tus comentarios y narraciones ya no estuvieran presentes para analizar los partidos de fútbol de mi equipo cuando lo veía por televisión, por lo que insisto, me fastidió).
Al final me acostumbré y pienso que fue acertada tu decisión. Hay que tomar decisiones en la vida ¿si no?

Debo confesar que tus narraciones en los partidos de fútbol de Perú eran el único motivo por el cual decidía no cambiar de compañía de cable (a pesar de la lluvia de ofertas que otras compañías televisoras, mejores en mi opinión, ofrecían para contratarlas).

Odio las despedidas, más aún odio los homenajes post muerte, lamentablemente este es uno de ellos y creo que a nadie se le ocurrió hacerte un homenaje antes porque tu partida ha sido de lo más inesperado que le ha pasado al fútbol peruano en los últimos tiempos.

"Una más va a haber".
"Consejo de pata, anda al área".
"Cuando no se puede jugando, siempre está la pelotita parada".
"Los palos son así, a veces juegan para los arqueros y otras para los delanteros".
"Pasó diciéndole algo esa pelota al poste".
"Si tú quisieras..."
"Llévalo..."
"Quedan 2 minutos, que pueden ser 3, que pueden ser 4, que pueden ser 5, según lo que decida el árbitro..."

Entre otras muchas frases que me debo estar olvidando, pero que seguro todos los amantes del fútbol extrañaremos.
Es por todo esto que el día de hoy, lunes 19 de de febrero del 2018, te decimos adiós y gracias con un inmenso cariño.

Nunca he escrito una "carta" luego de la muerte de alguien, ni siquiera luego de la muerte de un familiar, pero eso es porque siempre el homenaje fue en vida y personal, "en su momento", por decirlo de alguna forma, pero lo tuyo fue tan inesperado que esta vez tocó hacerlo al revés y por escrito.

Y como dijiste en un partido trascendental de Perú en las últimas Eliminatorias que nos llevaron al Mundial de Rusia 2018, cuando le ganamos a Ecuador en la altura de Quito: ¡GLORIA A PERÚ EN LAS ALTURAS! Hoy digo, a pesar de mi agnosticismo ¡GLORIA A DANIEL PEREDO EN LAS ALTURAS!

Descansa en paz Daniel.