martes, 2 de octubre de 2012

Mal de madrugadas

Me he levantado poco antes de las 4am, he revisado el celular y no hay ninguna llamada perdida como de costumbre. Tengo hambre y sed, pero esta noche lo venceré. Es la ansiedad, lo sé, esa ansiedad que me hace devorar todo lo que está a mi alcance y prepararme las cosas más estrambóticas que a la mañana siguiente desearía no haberme comido. He de confesar que siempre me preguntaré ¿por qué no estoy hecho una pelota? aunque supongo que todo beneficio tiene su contra, y es que me es imposible marcar en el gimnasio, al cual no voy hace dos meses, por cierto. Tal vez ese sea el motivo de sus llamadas compulsivas.

Huelo a humedad, ¿será que debo poner más naftalina? He ampliado mi cuarto, saqué con mis propias manos la separación de 2 metros de altura estampada a la pared (un problema para sacarlo de la habitación, y más aún tapar los huecos que dejó) el techo negro y las paredes blancas no me convence, el blanco no resalta como pensé.

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