domingo, 1 de abril de 2012

Foto

Ha sonado el timbre. Yo estoy en mi cuarto.
Es Francisco, mi vecino marino. Ha abierto la puerta mi madre, cuando en eso, desde mi cuarto escucho.

- ¡¡¡Francis!!! Ohhhhhhh qué bonitooooooo.

Yo en mi cuarto: WTF!

- ¡Pasa! ¡Pasa! ¿Quieres algo de tomar?
- No gracias tía - le dice con cariño.

Escucho balbuceos, no entiendo nada, cuando de repente.

- ¡Foto! ¡Foto!
- Toc, toc, toc, toc, toc -  Diego, tómanos una foto. - Me dice mi madre alargando la letra final de cada palabra.

Pego un salto por la manera tan efusiva que toca a mi puerta.

Escucho que Francisco intenta escapar de la euforia del momento diciendo que tiene que bajar a recoger sus llaves de portería antes que lleguen sus hermanas. Pero el intento es en vano. Desde la sala escucho mi nombre repetidas veces pidiendo que me apure.

Salgo del cuarto y encuentro a Francis rojo como un tomate, resignado y tomado del brazo. Nos saludamos y agarro la cámara. Demoro un poco en tomar la foto para ver qué tanto más rojo podía ponerse.

Francis acababa de llegar de la escuela y como no encontró a nadie en su casa, fue a pedirme el teléfono prestado. No contó que su uniforme blanco radiante fuera a causar tanto alboroto.

Mientras se despide, mi madre no deja de decir que llevará la foto al trabajo para que sus amigas la envidien.

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