miércoles, 22 de febrero de 2017

El blogger desbloggerizado

¿Y de qué se espera que hable si desde que me monetizaron me siento cohibido?
Algunos siguen sin entender que cuando escribo lo hago por hobby. No hay quien piense que estoy narrando mi día a día. Algunos lo llegaron a llamar catarsis, incluso, pero no.
Es más, esto que estoy escribiendo puede que haya o no pasado ¿a quién le interesa? Lo que importa es el contenido. ¿Y si el contenido no gusta, si esto es vacío? Pues, yo pienso que hay mil formas de ver las cosas, mil gustos, mil colores (si los mezclamos), y distintos contenidos cuando los entreveramos. ¿No parece? Las preguntas son retóricas, no es necesaria una respuesta para sentir que cumplieron su objetivo. Es el poder de las letras, esto. Cada ámbito y su esencia.

Y es que cuando uno se pone a pensar en el pasado, y a la vez en el futuro entra en cada paradigma de confusión que uno no sabe, si quiera, si está seguro de dar el siguiente paso por el miedo a...¿a qué, a volver a pasar por lo ya vivido o por algo nuevo? He ahí el dilema.
Es por eso que cada día. Momento tras momento, he dudado en seguir con la misma esencia, en cuanto a escribir se trata.

La presión de la monetización hizo de mi un filtro de contenido que solo mi cabeza, si es que ella puede descifrarlo, sabe por qué dejó de hacer esto algo tan íntimo conmigo mismo ¿o no? ¿lo ven?. Esto es, sin duda, el poder de las letras.

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