miércoles, 22 de febrero de 2012

Mi yo superficial

Escribir con la cabeza que explota, el corazón a mil y los nervios de punta porque no sabes por dónde empezar algo fue lo único que se me ocurrió para desfogarme.
La verdad es que en mi intento número ### por ordenar mis cosas y tener cada vez menos, para vivir ordenado, se me pasa muy seguido por la cabeza.
Cada cierto tiempo me entra mucha angustia y me incomoda tener cosas en mi cajón, ropero, escritorio, mesa de la computadora, cajones de la ropa, etc, etc. que no uso ni usaré.

Un ejemplo son los jeans, que luego de darme cuenta que están "un poquito" viejos, decido ir a comprar unos nuevos, con la ilusa idea de tener más cosas para combinar. Pero seamos sinceros, eso es una mentira, si te compras un par de jeans nuevos, los antiguos nunca más los vuelves a usar.

Otro ejemplo es la ropa que alguna vez me regalaron que, por no desairar el acto, acepté con buena cara, y la he tenido guardada en un rincón del closet. Por supuesto existen excepciones.

También he notado que tengo cosas de colores que no sé qué color son. Acabo de sacar un jean que según yo es color pasto seco (y cómo lo he tenido que pensar), pero en la etiqueta dice que es plomo petróleo (¿es en serio? En realidad exagero un poco porque no tiene etiqueta, pero estoy seguro que si tuviera lo diría).
Polos amarillos, que no son amarillos, sino amarillos pastel, en todo caso ¿polos amarillos? Y unas chompas que ni les digo.

Yendo hacia el otro extremo, refiriéndome a la ropa que me gusta, odio enviarla a la lavandería, ya que luego de tres lavadas termino odiando a quienes meten indiscrimidamente mi ropa a la lavadora.

Una más: Las zapatillas rotas que pensé algún día llevar a arreglar (si piensan eso, jamás de los jamaces vayas a comprar unas nuevas, vayan y arréglenlas en el momento) que me llevaron a abrir mi closet y te preguntarme por qué no entran mis dos únicos pares de zapatillas en un lugar donde entrar siete.

Los peluches...bueno no se metan con eso que a ellos tengo que conseguirles una caja bonita para guardarlos sin que se maltraten.

Y una última: Los apuntes que utilicé durante el año para estudiar y pensé que en algún momento me serían útiles de nuevo. Al igual que la buena nota de la que me sentí orgulloso y no quiero botar.
Los cables eternos de cargadores, celulares, cámara de fotos, etc. Creo que todos tenemos miles de ellos, incluso de cosas que ya no existe, solo porque cuando los compras te viene lleno de cables para diversas funciones, que uno muy optimista cree utilizará luego de aprender a usarlos leyendo el manual, ¿alguna vez se han leído un manual que no sea para saber si te había venido pieza porque no sabías cómo conectar algo?

En fin, escribir todo esto me ha dejado un poco cansado y sin ganas de seguir con mi cuarto.

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